Desde la antigua Grecia (en lo que respecta a música
occidental) existen formas de notación musical. Sin embargo, es a partir de la
música de la edad media (principalmente canto gregoriano) que se comienza
a emplear el sistema de notación musical que evolucionaría al actual. En
el Renacimiento cristalizó con los rasgos más o
menos definitivos con que lo conocemos hoy, aunque -como todo lenguaje- ha ido
variando según las necesidades expresivas de los usuarios.